Si pensas que la agilidad es la solución a todos los problemas de la organización, lamento decirte que no lo es.
Habitualmente, al iniciar un proceso de transformación, me encuentro con el mismo pedido: “parece que hoy ser ágiles es la solución a todos los problemas, mi competencia lo está haciendo, yo también lo quiero”.
Como si la agilidad fuera algo que se compra en el super y sólo se instala.
Pero no es magia, los problemas no se resuelven sólo implementando scrum.
La agilidad es una respuesta a los contextos cambiantes que nos permite aprender rápido, experimentar, adaptarnos.
Pero no nos evita el esfuerzo ni las decisiones incómodas.
👉 Queremos ser ágiles sin esfuerzo.
👉 Queremos transformarnos sin incomodidad.
👉 Queremos soluciones mágicas sin experimentar.
¡PERO LA AGILIDAD NO VIENE EN CAJA! No es un «deme 2».
La agilidad tenemos que construirla entre todos, con esfuerzo, con decisión, con foco, con incomodidad, con empatía y, sobre todo, con una transformación cultural profunda, honesta y sistémica.